Jorge Ricardo Panay – Director Ejecutivo

El Municipio y la  crisis del COVID-19

El COVID-19, más conocido como el coronavirus, causante de la pandemia mundial, llegó a Panamá; aprovecho este espacio dentro de las múltiples tareas de combate al virus para escribir sobre el tema que cada día adquiere más importancia, pero sigue rezagado en la agenda política y de desarrollo sostenible nacional, les hablo de la descentralización de la administración pública.

La respuesta nacional atañe a dos niveles de gobierno

En la constitución panameña la normativa señala que la administración del estado cuenta con dos niveles de gobierno, el nivel nacional y el nivel municipal.

Aunque el principio de relacionamiento entre niveles está determinado por la constitución en su artículo 233 en la realidad administrativa, la relación es de subordinación e incomprensión causada por una visión conceptual centralista.

Los 81 municipios y sus 679 Juntas Comunales son gobiernos y auxiliares de gobierno municipales que han visto castrado su desarrollo institucional frente a un creciente y dominante centralismo administrativo. A pesar del éxito económico panameño y del crecimiento de las finanzas públicas, Panamá solo destina el 2% del presupuesto público a la gestión del nivel local, según cifras del BID; el grueso de esa transferencia tiene un nivel de condicionamiento enfermizo y sobre todo poco eficiente y eficaz.

La perspectiva mundial de la “CRISIS COVID-19”

Ahora bien, retomemos la “CRISIS COVID-19” primero en la perspectiva mundial y luego en la nacional.

La contaminación mundial necesita lograr dos objetivos: evitar una infestación que rebase sus capacidades sanitarias y por otra parte paliar los efectos económicos. El enfoque mundial ha sido atender la microeconomía de las unidades productivas, en especial el componente humano de la ecuación; de allí que la mayoría de las decisiones sean orientadas a que no colapsen los ciudadanos que es el objetivo de gestión de las sociedades modernas.

Aseguramiento de la calidad alimentaria, seguridades económicas de compromisos adquiridos, que por la crisis deben ser postergados y garantías que una vez pase la crisis los ciudadanos serán atendidos con prioridad para mantener los estados de igualdad logrados por los esfuerzos histórico de esas sociedades.

Las claves en la respuesta nacional

En el plano nacional, la crisis inicialmente ha sido atendida desde una visión macroeconómica de estabilidad financiera en un escenario donde es claro la desigualdad reconocida de la distribución de la riqueza, no solo en términos per cápita sino territorial.

Como una vez manifestaron los Obispos panameños en una declaración de la Conferencia Episcopal Panameña, vivimos en un país rico lleno de pobres; y hoy es reconocida por el gobierno nacional en su programa COLMENA. Con este panorama la “CRISIS COVID-19” necesita replantear el modelo de gestión pública.