Una ocasión para dedicar un espacio del pensamiento y la acción nacional con el fin de revisar cuánto y cómo se impulsa, desde el ámbito municipal, el ejercicio y la práctica de los derechos de las mujeres. La fecha amerita una mirada sobre cómo se distribuye el poder en los gobiernos locales y con respecto al servicio que se presta a la población y a las comunidades.
Las mujeres aún tienen un bajo porcentaje de participación como autoridades electas. En el 2014, fueron electas 13 diputadas en la Asamblea Nacional, lo que representa un 18.31%, 11 alcaldesas que constituyen el 14.28% y 67 representantes de corregimiento, lo que significa un 10.34%.
Resulta una interrogante a la que habría que buscarle respuesta, por qué, si las mujeres asumen tantas responsabilidades en los comités y en la realización de actividades comunitarias, no logran candidatizarse ni ser electas para continuar con ese mismo compromiso, pero desde un espacio de poder político como lo puede ser la Alcaldía o la Junta Comunal.
Es propicia la ocasión para revisar también, a qué se dedican los esfuerzos y los recursos de los gobiernos locales para fortalecer las capacidades de las mujeres y sus oportunidades, conociendo la realidad de vulnerabilidad y de violencia que caracteriza la vida de las mujeres en Panamá, ya que en el 2015, 29 mujeres fueron asesinadas a manos de su pareja.
La Asociación de Municipios de Panamá (AMUPA) hace un llamado a que, en esta fecha, se renueve el compromiso de sanear la convivencia comunitaria mediante la prevención de la violencia y la multiplicación de espacios de formación, capacitación y generación de ingresos propios para las mujeres.
Más que discursos y actos sociales, el 8 de marzo requiere análisis y pasos concretos, recordando que el día está inspirado en una lucha que costó vidas y valentía. El 8 marzo de 1857, un grupo de obreras textiles tomó la decisión de salir a las calles de Nueva York a protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban.
Luego se multiplicaron los esfuerzos para reclamar igualdad salarial, disminución de la jornada laboral a 10 horas y tiempo para amamantar a sus hijos. En 1908, por ejemplo, en estas fechas se desarrolló una huelga durante la cual más de cien mujeres murieron quemadas en la fábrica en la que trabajaban.
En 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague (Dinamarca) más de 100 mujeres aprobaron declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora y, a partir de 1975, las Naciones Unidas lo reconoce como el Día Internacional de la Mujer.
